Murió Delia Giovanola, una de las fundadoras de Abuelas de Plaza de Mayo

Este lunes falleció a sus 96 años Delia Giovanola, una de las fundadoras de Abuelas de Plaza de Mayo. Desde la organización de Derechos Humanos la despidieron con “enorme tristeza”.

“Enorme tristeza. Aún no caemos”, anunciaron desde la cuenta de Twitter oficial de la institución y agregaron: “Militante de la memoria, la verdad, la justicia y la alegría. En 2015, tras casi 40 años de lucha, pudo encontrar a su nieto Martín”.

Hace siete años, Delia pudo reencontrarse con su nieto Martín, nacido en cautiverio en el Pozo de Banfield el 5 de diciembre de 1976. “Cumplí con mi promesa de hace 39 años. Estoy feliz por poder decir ‘misión cumplida’”, dijo en aquel entonces al reencontrarse con él.

Ingeniosa y ocurrente, su foto con la inscripción “Las Malvinas son argentinas, los desaparecidos también” recorrió el mundo. El retrato se lo hizo un periodista extranjero, un jueves de ronda, en pleno conflicto bélico.

“La ciudad de Buenos Aires estaba empapelada con calcomanías que decían ‘Las Malvinas son argentinas’ y ‘Los argentinos somos derechos y humanos’. Fue tanta la indignación de ver la ciudad así y que nadie hablara de las Madres y Abuelas que estábamos ahí hacía seis años dando la vuelta a la Plaza, que llegué a mi casa y en un cartón escribí, con bronca: ‘Las Malvinas son argentinas, los desaparecidos también’”, contó Delia.

Biografía

Delia nació en 1926 en la ciudad de La Plata, donde terminó el secundario y comenzó a ejercer como maestra. En 1946 se casó con Jorge Narciso Ogando, su novio de siempre, con quien al año siguiente tuvieron a Jorge Oscar Ogando. “Fue el hijo deseado, querido, compañero y amigo”, dijo alguna vez.

Quedó viuda al poco tiempo y años más tarde se volvió a casa con Pablo Califano, con quien se mudó a Villa Ballester, partido de San Martín. Su hijo Jorge se casó con Stella Maris Montesano; juntos militaban en el PRT-ERP.

En la madrugada del 16 de octubre de 1976, durante la última dictadura, la pareja fue secuestrada en su casa de La Plata: Stella Maris estaba embarazada de ocho meses y ya tenían una beba llamada Virginia.

Virginia quedó en su cuna. Avisada Delia, fue a buscarla y se hizo cargo de ella, mientras buscaba desesperadamente a Jorge y Stella Maris, quienes continúan desaparecidos hasta el día de hoy.

Tiempo más tarde, por testimonios de sobrevivientes, pudo saberse que la pareja permaneció en el centro clandestino de detención “Pozo de Banfield”, donde Stella Maris dio a luz un niño el 5 de diciembre de 1976.

El parto, “asistido” por médico genocida Jorge Antonio Bergés, fue en la cocina del lugar, ella esposada, los ojos vendados y arriba de una chapa. Dos días después fue despojada de su bebé, que fue vendido a un matrimonio, y llevada al “Pozo de Quilmes”.

El encuentro con su nieto Martín

En octubre de 1977, Delia formó parte del grupo fundador de Abuelas de Plaza de Mayo. Ese año se jubiló para dedicarse a la crianza de Virginia y a la búsqueda de “los chicos”, como les decía ella, que nunca pensó que sería de por vida.

Delia buscó a su nieto junto a Virginia, la hermana de Martín. Ella decidió donar su sangre al Banco de Datos Genéticos para que pudiera sercotejada con la de su hermano en el caso de que fuera encontrado. Virginia no llegó a reencontrarse con él, ya que se quitó la vida en 2011. Tenía 38 años.

Pasaron cuatro años más hasta que finalmente llegó el día en que Delia pudo reencontrarse con su nieto. Delia nunca perdió la esperanza y con el suicidio de Virgina, tomó más coraje para cumplir con su promesa.

El 5 de noviembre de 2015 fue el primer contacto con él por teléfono, ya que Martín no vive en el país. “¡Te encontré!”, le gritó ella, y del otro lado, tras un silencio, Martín comenzó a hacerle preguntas, a nombrar como su “abuela” y desde entonces tejieron una relación íntima y familiar que, si bien no logrará quitar el dolor de un pasado trágico, sirvió para reparar y, especialmente para su abuela, lograr cumplir con su máximo anhelo: encontrar a Martín.